Este apartado viene dedicado a las ninfas galesas, las Gwragedd Annwn, las doncellas de los lagos.
Esta es conocida por la creencia de que pudo ser aquella criatura que le dio la mítica espada Excalibur a Arturo. Ellas, de una innumerable belleza vagan por las zonas acuosas como ríos y lagos cerca de los pueblos o perdidas en las montañas ( como las cámbricas galesas) en busca de un humano para que sea su esposo.
Varias son las leyendas galesas que cuentan sobre esto.
*(1)
Un joven granjero de Myddfai, Carmarthenshire cabalgaba en su caballo al lado de un lago en el que se contaba que habían ninfas. El hombre un día las logró ver e intentó perseguirlas y atraparlas. Un día una ninfa le cantó: Cocina tu pan o si no no nos podrás atrapar. Otro dia a las orillas del lago vio un pan flotando y se lo comió vividamente a lo que a continuación tuvo éxito en la caza de las ninfas. Él le pidió matrimonio a una y ésta le dijo que si podía reconocerle al día siguiente de entre sus dos hermanas se casaría con él. El hombre se fijó en un detalle de la sandalia que la diferenciaba, y así al próximo día la reconoció y fue tomada como esposa del humano; no obstante ella le avisó que si algún día él la golpeaba tres veces sin motivo el contrato del matrimonio se rompería. Pasaron varios años y ella le dio tres hijos, pero un día que él le pidió que fuera a buscar el caballo y ella se demoró le dio tres golpecitos en el hombro diciéndole: "ve, ve, ve". Así el contrato matrimonial fue roto y ella se esfumó de vuelta al lago junto con todas las riquezas de ganado que había traído consigo al casarse. Más adelante ella se le apareció a sus hijos y les dio unas cajas mágicas que contenían remedios medicinales con poderes. La familia de los Meddygon Myddfai, que significa físicos, fueron empleados en la corte de Rhys Gryg, Lord of Dynevor, e hijo del último príncipe nativo de Gales.
Ésta familia vivió al rededor del 1230 y escribieron un libro de prácticas medicinales, una copia del cual está en el "Welsh School Library" en "Gray's Inn Lane"
*(2)
Esta otra versión habla de un joven que oyendo de una ninfa de cabellos dorados del agua fue la víspera de año nuevo al borde del lago y en silencio esperó a la venida del nuevo año. Cuando esto aconteció vio aparecerse una doncella que remaba una canoa dorada. De tan fascinado que se quedó, restó el resto de la noche embelesado mirando a la doncella que fija, ahí se quedaba. A las primeras luces del alba ésta comenzó a desvanecerse y, el hombre alarmado por perderla le gritó ser su mujer. El esfuerzo fue en balde, ella desapareció. El joven estaba tan enamorado de aquella ninfa que cada día se pasaba al borde del lago, pero todo en vano. Desesperado fue a ver a un doctor de hadas que le sugerió que le dejara pan y queso para atraerla, eso fue lo que él hizo pero siguió sin ocurrir nada. A lo último, cuando pasó el año fue al lago el día de año nuevo y allí vio aparecerse despues de todos sus esfuerzos a la bella ninfa de cabellos dorados tras ofrecerle sus ofrendas. Él le pidió matrimonio y ella aceptó con la condición anteriormente mencionada.
Pasaron unos años y todo iba bien pero un día en un bautizo ella lloró, el marido molesto la golpeó; otro día en un funeral ella se rió, el marido la volvió a golpear y la tercera vez fue en una boda donde lloró; así el pacto fue quebrado y ella se marchó.
*(3)
Una tercera versión cuenta que un joven al pasearse por el campo vio a una ninfa hermosa de cabellos dorados, éstos entablaron una buena amistad que con el tiempo se convirtió en noviazgo, ella le prometió que sería suya pero que primero tendrían que conseguir el consentimiento paterno. El padre aceptó pero puso como condición que si algún día él la golpeaba con hierro el pacto sería quebrado. Pasaron años, tuvieron hijos, fueron ricos y de muy buen porte. Un día ella salió a caballo y se hundió en el fango, él fue a rescatarla y al hacerlo su piel se golpeó con el estribo, inmediatamente ella desapareció. El amor entre ellos era tan fuerte que ella logró trazar un plan con su madre para poderle ver cada día; ya que no podía tocar tierra ellos se veían en el lago y entablaban largas conversaciones, esto continuó hasta la muerte del hombre.