Hadas de la Tierra que habitan en los árboles, los espíritus de los árboles que ondean sus brazos enramados con el viento y te saludan con sus dedos envueltos en hojas. Ancianos rostros de ojos profundos o gráciles siluetas de damas esbeltas, cada uno de ellos habitando su cuerpo de madera desde la formación hasta su fenecer.
Hamadryad picture |
Las dríades y las hamadríades son ambas las ninfas de los árboles, con la diferencia que las segundas son el espíritu del árbol en si, y están vinculadas exclusivamente a dicho árbol, no pudiendo vivir fuera de él; así mueren si éste muere o lo cortan. En cambio las primeras están vinculadas a una especie y pueden deambular libremente a su antojo entre los árboles de dicha especie (por lo tanto no perecen) y velan por la seguridad de éstos y de sus hamadríades.
Sabiendo que la naturaleza tiene sus propios espíritus que habitan en ella y la cuidan no es de extrañar que nuestros antiguos sintieran el alma de los árboles y acudieran a ellos para meditar, recibir paz, inspiración o sabiduría. Para contactar con una prueba a frecuentar un árbol al cual tengas especial aprecio o interés, pasa tiempo meditando a sus pies, abrázalo para llenarte de energía y siente la paz que inspira la naturaleza.
Así pues es nuestra responsabilidad también cuidar la naturaleza. Si has de tomar una parte de un árbol o planta pídelo antes a su espíritu natural, y después de haber tomado la parte de él deja una ofrenda de agradecimiento a sus pies, (dar algo a cambio de algo).