Sal a lugares donde la naturaleza sea la reina, o convierte tu entorno en un lugar verde alternativo. Y, por encima de todo, cree en su existencia, nada aleja más que la duda. Un pequeño truco para indicar que crees en ellas, las respetas y son bienvenidas podría ser colocar estos símbolos en un lugar visible de tu estancia o en algún complemento que lleves contigo:
- Estrella Elenari o élfica de la bandera de las hadas
- Runa feérica de protección: que crea una barrera para que solamente puedan acercarse las hadas de luz. Desconozco el orígen de este símbolo realmente o si es real o qué, mi investigación no me ha llevado muy lejos.
Otra cosa que se puede hacer es mantener un diario o cuaderno de dibujos dedicado a escribir sobre ellas y retratarlas, expresando tus deseos de amistad.
De nuevo repetir que tu conducta hacia la naturaleza y hacia ellas mismas es muy importante para tener éxito en tu búsqueda. Darles su espacio y no acosarlas (por ejemplo no andar buscando excesivamente su presencia con regalos y peticiones como si de ellas tuvieras el control); y respetar la naturaleza minimizando los daños, incluso en conductas tan pequeñas como reciclar y ahorrar agua y electricidad.
Una actividad que puedes llevar a cabo si te comprometes a ser constante, que muy probablemente resulte en un contacto real con el mundo feérico es la siguiente:
- Sal a la naturaleza y paséate con calma y con la mente abierta, disfruta de la presencia de la naturaleza y sensibilízate con la energía de tu entorno.
- Escoge un lugar que te llame especialmente la atención desde tu interior; un lugar que tu sensibilidad e intuición identifique como "energético" o "mágico". No le busques explicación, muy probablemente ese lugar que ha escogido tu corazón sea un lugar en verdad de confluencia telúrica. Escoge una hora donde no seas molestado. El amanecer, el atardecer y la hora de la siesta humana son horas especialmente activas para ellas.
- Haz de ese lugar tu lugar mágico y frecuéntalo amenudo, como si de un amigo se tratase. El primer día reconociendo vuestra presencia y la del lugar y presentándoos. Hasta que gradualmente comiences a tener una relación íntima con el lugar. Explóralo desde todos sus ángulos, busca la luz del sol filtrarse entre las hojas o entre la corriente de agua. Varios de los resplandores fugaces que podrás percibir corresponden en realidad a una manifestación física de la presencia de las hadas.
- Salúdalas, preséntate y compórtate como si las vieras aunque no puedas todavía.
- Céntrate en agudizar todos tus sentidos, el que muy probablemente te sorprenda son las sensaciones corpóreas; y de segundo la visión periférica. Quizá un zumbido, sombra, o chisporroteo de luz cruce rápidamente los márgenes de tu campo visual.
- Si quieres, realiza esta meditación y visualización:
- Cierra los ojos y enfócate en la profunda oscuridad. De ahí crea un haz brillante de luz verde y enfócate en él. Siente como se expande y te absorbe, inundando tu mente y tu cuerpo en esa poderosa luz feérica.
- Medita en esa luz y siente cómo recorre cada parte de ti, limpiándote y conectándote a su mundo.
- Ahora anuncia mentalmente tu invitación y deseo de conocerlas. Pide que se manifiesten ante ti si así lo desean y que te den un nombre para dirigirte a ellas.
- Recuerda no entrar en tratos y pactos con ellas. Son traviesas y se toman la verdad a su manera.
- Para volver a un estado de consciencia normal ve poco a poco hacia atrás. Por ejemplo puedes visualizar como caminas unas escaleras que con cada paso que das vas despertándote más y la luz se va alejando.
- Continua practicando, lo más seguro es que no las veas la primera vez ni te muestren sus señales. Acuérdate siempre de ser formal, saludar, dar las gracias y despedirte.